viernes, 30 de diciembre de 2011

TEXTO IRREVERENTE

TEXTO IRREVERENTE

                                                    
Por Andrés Timoteo

LA ÚLTIMA DEL AÑO


Coludidos hasta el tuétano con los priístas, los diputados del Partido Nueva Alianza (PANAL)  comandados por el recientemente destituido dirigente estatal de dicho instituto,  Ulises Ochoa Valdivia y su cuñado, Isaac González, así como la “perredista”, APRIgail Reyes Aguirre, dieron una tarascada a los veracruzanos al cuarto para las doce. Horas antes de concluir el año.

Los panalistas y la “perredista” se aliaron para reformar el artículo 70 de la Constitución Política del estado y así agregar un año más a la duración a los ayuntamientos a partir del 2014 para que los presidentes municipales, síndicos y regidores tengan  un año más para cometer pillerías. Se le agregaron doce meses al tradicional Año de Hidalgo, pues.

De poco sirvió el protagonismo de los diputados y líderes  panistas, del perredista Rogelio Franco y de los del Movimiento Ciudadano pues, divididos de por si, y con alto grado de vulnerabilidad ante los cañonazos – económicos, claro- que se les dirigen desde palacio de gobierno, cualquier arenga o intención de detener el “copazo” de fin de año, resulta infructuoso.

Cuauhtémoc Pola Estrada y Enrique Cambranis, dirigentes del PAN y el PMC, presentes ayer en la sesión legislativa, anticipan dos frentes contra la reforma aprobada: uno con el convencimiento de cabildos para no dar su aval a la misma – hay que recordar que como es modificación constitucional requiere la aprobación de al menos 107 de los 212 cabildos- y dos, con una controversia constitucional ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).

Sin embargo, ambas parecen cartas a los Reyes Magos, pues difícilmente se concretarán. Los legisladores que se dicen de oposición han caído en la vendimia y ni qué decir de los ediles que por un puñado de dinero o alguna obra autorizada por palacio de gobierno, ponen a sus cabildos al servicio del tricolor. Vanas, entonces, son las esperanzas de los veracruzanos para corregir la aberración aprobada ayer.

Vaya, si ya se tuvo en tiempos recientes – en el periodo 2001-2004- la experiencia de alcaldes con cuatro años de poder, ahora se revivirá la pesadilla. Los recuerdos del desastre y saqueo dejados por personajes como Ramón Gutiérrez de Velasco en el puerto de Veracruz, Adrián Ávila Estrada en Boca del Río,  Reynaldo Escobar Pérez en Jalapa o Martín Cabrera Zavaleta en Orizaba, todavía provocan agruras e indigestión a los veracruzanos.

Lo que hicieron con el erario municipal hace siete años todavía trae amargas memorias y ahora, se añadirá un año más de pesadilla en cada uno de los 212 municipios sin que haya una medida que atenúe tal situación como sería la revocación del mandato de los malos gobernantes. Entonces, los diputados priístas, panalistas y la “perredista”, Reyes Aguirre, pusieron una trampa de Año Viejo a siete millones de veracruzanos. Salud por ellos!.

INDEFENSIÓN

Por cierto, ayer en el congreso local hubo dos situaciones que pintaron como está el cierre del año para muchos que no son legisladores o integrantes del gabinete estatal. Mientras los diputados cobraron más de 150 mil pesos en bonos de fin de año,  - los funcionarios duartistas se llevaron casi 50 mil pesos- hay trabajadores del mismo congreso local que no pudieron realizar su cena de Navidad y no la harán en Noche Vieja porque no se les han pagado sus aguinaldos.

Los trabajadores de confianza se amotinaron ayer y amagaron con un paro laboral pues el presidente de la Junta de Coordinación Política – que es el mismo que maneja los recursos legislativos- Jorge Carvallo, se negaba a liberar los fondos a pesar de que desde el 2 de diciembre le solicitaron por escrito que se les pagará el bono respectivo, que corresponde a 80 días de salario.

El toluqueño optó por negarles esa prestación a los empleados como si el dinero público le perteneciera pero ante la advertencia de que tomarían instalaciones del edificio parlamentario tuvo que ceder y abrir la bolsa de dinero para disponer de un millón de pesos. ¿Cuál sería el destino de esos fondos si no se hubieran entregado a los empleados?. Conociendo las manías de Carvallo Delfín –uno de los últimos alumnos incondicionales del innombrable- pues todos saben a donde irían a parar.

En indefensión ante este tipo de casos también están al menos una docena de exagentes de la desaparecida Policía Intermunicipal Veracruz-Boca del Río (PIVB) que ayer acudieron al congreso local para pedir la intervención de los parlamentarios. Ellos fueron liquidados con la disolución del cuerpo policiaco, el pasado 23 de diciembre, pero no les otorgaron pensión por invalidez ni la garantía de acceder a servicios médicos.

Los manifestantes fueron policías que resultaron heridos en su labor, algunos de ellos por ataques del crimen organizado, y que de la noche a la mañana tras el decreto del cordobés Javier Duarte de Ochoa se quedaron solo con 38 mil pesos de liquidación que no alcanza para cumplir con la obligación de otorgar protección a quienes quedan discapacitados por accidentes de trabajo. Es un caso más del triste fin de año que pasarán muchas familias que no están en la gracia del duartismo.

ELMO Y WINNY POOH

La que también está arruinando la Navidad y los festejos de fin de año a muchos jalapeños  es la alcaldesa, Elizabeth Morales García pues está haciendo un negociazo con la entrega de permisos para la venta ambulante. La mano ejecutora de Doña Elmo es nada menos que otro personaje de caricatura – aunque solo de nombre porque en realidad es de extremo peligro- Jesús Espinoza Willier, conocido en el bajo mundo como Winnie Pooh.

Este señor se desempeña como director de Comercio en el ayuntamiento jalapeño y ha puesto a cuota tanto a vendedores informales como a pequeños comerciantes. Por supuesto, las contribuciones no se intercambian por los respectivos recibos de la Tesorería y la estimación es que semanalmente se recaudan hasta 150 mil pesos – algunos dicen que la cifra es diaria- por la extorsión.  Todo esto con la anuncia de Morales García pues los mismos vendedores que pagan soborno a los inspectores de Winnie Pooh aseguran que la edil lleva su respectiva tajada.

Hay que recordar que los antecedentes de Espinoza Williers – estuvo en prisión por falsificar documentos y ha sido señalado de cosas peores- lo habilitan como un perfecto operador en esta clase de chanchullos. Al señor lo pusieron donde hay, simplemente. Es la fiesta de Elmo y Winnie Pooh en la abandonada Jalapa.

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